Eminönü, Estambul (Turquía)

Ahora que nos acercamos en invierno, no faltará quien diga que los castañeros gozan de buena salud. Pero ¿y  habitualmente? En Estambul lo raro es dejar de verlos incluso en pleno verano. Aunque para entonces muchos de ellos cambien de mercancía y se dediquen al maíz. Pero es que esta ciudad aún es un catálogo de oficios vivos.

El equipamiento básico se compone de: cámara de combustión (generalmente inserta en el carrito), combustible (carbón vegetal), materia prima (castañas) y báscula (porque en Estambul la castaña se vende al peso). La presentación del producto es cosa importante.

A partir de ahí todo queda a la imaginación y las posibilidades del castañero: toldos, carteles luminosos (que también los hay), tabla de precios… y las soluciones ingeniosas como la del carrito de la foto. Fíjense en el sistema de freno ideado para inmovilizar el puesto (en la rueda de la parte izquierda de la imagen): ¡una castaña!